sábado, 23 de julio de 2011

LA ALTERNATIVA DE LA PEDAGOGÍA CRÍTICA PARA UN CAMBIO RADICAL

NOCIÓN Y PROPÓSITOS

Entre los modelos pedagógicos contemporáneos la Pedagogía crítica emerge como una propuesta orientada a generar en los agentes de la educación una conciencia crítica y una actitud de cambio respecto a su condición individual y colectiva, tanto en el aula –sistema educativo como en la sociedad en general. En tal sentido, la pedagogía crítica implica, en primer lugar, el compromiso consecuente de profesores, estudiantes, padres de familia, funcionarios y servidores de todas las instancias educativas, para teorizar sobre sus respectivas funciones sociales y situaciones personales, y luego reasumirlas en la perspectiva de una educación de calidad tantas veces reclamada y tantas otras postergada.
El modelo crítico parte de la idea clásica que la escuela debe preparar para la vida. El filósofo Séneca tenía por sentencia “aprenda para la vida y no para la escuela”, además que demandaba el conocimiento de la individualidad de los educandos. Si la escuela debe preparar para la vida, entonces la naturaleza y funciones de la escuela y la vida misma deben ser objeto de estudio para tomar las determinaciones que convenga a los educandos.
La pedagogía critica se propone un estudio radical de las estructuras sociales que condicionan y afectan la naturaleza y funcionamiento de la escuela, al mismo tiempo que centra la atención en el desarrollo de las habilidades de pensamiento crítico-reflexivo de los educandos, a efectos de contribuir al cambio de la sociedad por una mejora continua de la vida.
Uno de los exponentes más caracterizados de la pedagogía crítica contemporánea, el canadiense Peter McLaren, autor de La vida en las escuelas, Pedagogía crítica, resistencia cultural y la formación del deseo, entre otros libros, sostiene que “la pedagogía crítica examina a las escuelas tanto en su medio histórico como en su medio social por ser parte de la hechura social y política que caracteriza a la sociedad dominante”. Se entiende que la sociedad dominante, actual, es la sociedad del capitalismo globalizado –llamada también sociedad de la información y del conocimiento-, en la que la escuela es un aparato ideológico del Estado al servicio de la reproducción de las relaciones sociales de `producción capitalista, en tanto que los actores involucrados en el proceso educativo son reducidos, por el sistema educativo y su política, a simples agentes de tal reproducción. Esta situación nos plantea el imperativo de la reestructuración de la escuela conjuntamente con el Estado y la Sociedad, superando, largamente, a las hasta ahora llamadas reformas educativas, incluyendo las acreditaciones en ciernes, que han ejecutado innovaciones de orden tecnopedagógico y hasta infraestructural, pero abstraídas del contexto, de las condiciones materiales de vida social. Toda reforma educativa debe ir acompañada de otras reformas de la sociedad en general.
Otros exponentes contemporáneos de la pedagogía crítica son: los estadounidenses Henri Giroux, autor de , Teoría y Resistencia en Educación: una pedagogía para la oposición. Pedagogía crítica, estudios culturales y democracia radical, etc.; Michael Apple, autor de Ideología y Currículo, Escuelas democráticas, etc. etc. Asimismo, el español Ramón Flecha con su libro Compartiendo palabras y sus numerosos ensayos sobre pedagogía en publicaciones colectivas; los argentinos Luis Rigal con El sentido de educar y Adriana Puiggrós con Imaginación y crisis en la educación latinoamericana. En el Perú, Sigfredo Chiroque nos alcanza algunos ensayos de pedagogía crítica en publicaciones periódicas.

POSTULADOS DE LA PEDAGOGÍA CRÍTICA
Anotamos a continuación los postulados de la pedagogía crítica que se derivan de la praxis de sus fundadores;
I.La educación no puede ser comprendida ni practicada al margen del contexto de su época. Toda educación concreta (teoría y práctica educativa con todos sus componentes) responde al carácter y necesidades de una sociedad concreta. Las generaciones mayores (mejor, quienes conducen la sociedad) teorizan, crean las instituciones educativas e implementan políticas, sistemas y procesos educativos para formar a las generaciones jóvenes que deben asumir, cuando corresponda, determinadas funciones en la sociedad. Así fue en tiempos de las sociedades esclavistas de la antigüedad, así en las otras sociedades históricas hasta el presente. Comprender y practicar la educación en nuestra época nos lleva a ubicarnos en el contexto nacional y mundial de la sociedad capitalista globalizada Ahora, el asunto es si educamos para esta sociedad capitalista o para otra. Evidentemente una educación para otra sociedad la entendemos como la alternativa de la sociedad socialista, deslindando con los socialismos históricos por inauténticos.
II.La práctica educativa implica un concepto de hombre, sociedad y estado. Este postulado se complementa con el anterior. Educamos en una determinada época de la evolución de la humanidad para formar al educando ¿qué tipo de educando?, lo que supone tener una concepción de ser humano concreto (filosofía del hombre), el que vive o debe vivir en una sociedad concreta organizada como Estado ¿qué tipo de sociedad y que tipo de Estado?, lo que también supone tener una concepción de Sociedad y de Estado realizable en el mundo de las cosas concretas. Pedagogos críticos como Michael Apple y Henry Giroux ubican a la escuela –y con ella al fenómeno educativo-- al centro de la sociedad, como un componente más de la sociedad. Apple enfatiza que “la escuela no debe entenderse como una institución neutra, ajena a las cuestiones sociales, económicas y culturales de la sociedad ni a las contradicciones del Estado o a los conflictos entre los diferentes grupos sociales." Evidentemente, no hay escuela neutra ni educadores neutros. La escuela como institución enmarcada en un sistema educativo, con su política educativa, funciona dentro de los parámetros de una política de gobierno y de Estado. Y los educadores, en tanto servidores y ciudadanos, responden a políticas e ideologías, y tienen sus preferencias o sus rechazos. En esta misma línea Giroux rechaza el neutralismo persistente en las concepciones pedagógicas (se entiende las pedagogías constructivista, sistémica, cognitivas, etc.), y sostiene que la educación “[debe ser] un proyecto político encaminado a profundizar en los valores y en el proceso democrático." "Para que la pedagogía crítica se convierta en ese proyecto político debe cambiar el lenguaje de la crítica exclusivamente por el lenguaje de la posibilidad de desarrollar acciones de cambio”. Sobre esto último nos remitimos al postulado V.

III.La acción educativa esta dirigida no solo a conocer la realidad sino a transformarla. La pedagogía critica orienta su labor al conocimiento de la realidad, constatando que ésta, en su ordenamiento económico-social capitalista actual, es injusta, y que además la educación contribuye al mantenimiento y reproducción de esta realidad, pero que también la educación puede contribuir a su cambio y transformación radical. El modelo de pedagogía critica tiene como antecedentes, entre otros modelos, la pedagogía liberadora de Paulo Freire y la pedagogía marxista. De la pedagogía liberadora, entre otros fundamentos, recupera la idea que “todo acto educativo es un acto político”, el mismo que debe servir para “pasar de la conciencia mágico-ingenua a la conciencia crítica fomentadora de transformaciones sociales. Del marxismo recupera las ideas que la realidad es dinámica, cambiante, pero al mismo tiempo contradictoria y sobre la cual el hombre ejerce su acción. Célebre es la expresión marxista en la tesis 11 sobre Feuerbach: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.

IV.La pedagogía crítica debe develar falsas representaciones, poner al descubierto intereses, valores, supuestos, etc. La praxis de la Pedagogía Crítica deslinda con otras corrientes pedagógicas empezando por ubicar la condición existencial del hombre en el mundo. Los seres humanos no sólo están “en” el mundo, sino que se reconocen que están “con” el mundo, lo cual significa que objetivizan al mundo y se objetivan a sí mismos; un conocimiento de la realidad donde está el “ser uno” con los ”otros” y un autoconocimiento del “ser uno” que toma distancia de los “otros”. Así los seres humanos desde el momento que indagan sobre su condición existencial y, más aún, la ponen en cuestión, se constituyen en seres críticos que procuran develar las condiciones objetivas y subjetivas que delimitan la situación en la que viven y, como podrían cambiar tales condiciones. La pedagogía crítica contribuye al conocimiento de la relación de los seres humanos con la realidad, los dota de los recursos y desarrolla sus capacidades y competencias para su acción sobre la realidad. La pedagogía crítica replantea el rol del docente de simple trasmisor mediador o facilitador de conocimientos, al rol como agente de cambio que reivindica la actividad y autonomía del educando, esclarece conceptos y valores en la sociedad de nuestra época formada por grupos y clases con intereses contrapuestos, y precisa que el fin último de la educación es el desarrollo integral del educando, en una sociedad democrática liberada de todo tipo de opresión.

V.La pedagogía crítica debe proporcionar un lenguaje para el análisis social, la crítica cultural y el activismo social. Los teóricos de la postmodernidad como ideología del capitalismo tardío globalizado, están acuñando una terminología para la percepción del mundo que mejor se acomoda a sus intereses, por lo que es necesario el deslinde respectivo, como es el caso de los siguientes términos:

*Democracia. Tradicionalmente los defensores del sistema liberal capitalista han determinado que la democracia es la renovación periódica de autoridades o representantes de la sociedad civil, en el marco de una economía de mercado. En este sentido se ha concedido ciertos márgenes de participación ciudadana (derecho a revocatoria de mandatos, presupuesto participativo, mesas de concertación, demanda de rendición de cuentas, etc.) aún no generalizados, cuando lo que la sociedad necesita es una democracia de participación plena en todas las instancias de su organización y funcionamiento estructural y superestructural. Una democracia de participación plena, llamada también democracia radical o socialista, implica una efectiva igualdad de oportunidades para todos miembros de la sociedad

* Diferencia – desigualdad. Se promociona la idea del derecho a ser diferente (con la conservación de los modos de vida, creencias, formas de comunicación), con lo que se quiere disimular o soslayar la desigualdad social como problema. En referencia a la diversidad cultural de los grupos humanos con condiciones materiales de existencia desiguales, unos pobres frente a otros ricos, condiciones que algunos las aceptan como normales o naturales, son precisamente estos quienes enfatizan en la afirmación: “todos tienen derecho a ser diferentes”. En la sociedad de clases la desigualdad social guarda correspondencia con la base económica de carácter privatista que favorece a los grupos de élite.

*Interculturalidad. Se promociona la relación armoniosa entre culturas, obviando la distinción interculturalidad funcional que es compatible con el modelo social liberal de la interculturalidad crítica que es compatible con el modelo social alternativo basado en la igualdad. El interculturalismo funcional soslaya las condiciones de las culturas que dialogan; acepta la desigualdad como lo natural, de lo que resulta un diálogo asimétrico. El interculturalismo crítico reconoce las condiciones económicas, sociales y políticas desiguales de las culturas que se relacionan, por lo que tales condiciones son el punto de partida de todo diálogo. La pedagogía critica asume la práctica de la interculturalidad critica.

* Nuevo orden mundial. Se difunde la noción de la existencia de un nuevo orden social a escala mundial (se entiende la globalización), como que ya fuese realidad la desaparición del viejo orden capitalista con todas sus injusticias. En realidad las dos terceras partes del mundo continúan viviendo en condiciones materiales deprimentes y bajo la tantas veces cuestionada explotación del hombre por el hombre. En consecuencia, el “nuevo orden mundial” dado por cierto por los funcionalistas y postmodernos no es más que el capitalismo tardío o de la globalización, con su ideología la postmodernidad, luego de la debacle del socialismo burocrático. Ese “nuevo orden mundial” no es el que aspiramos.
* Perspectiva de género. El generismo, promovido por la Unesco y otros entes, es una visión culturalista del problema de la exclusión, explotación y subordinación de la mujer, cuya solución de igualdad y equidad se busca en el sistema y con auspicio del sistema. Otra fue la perspectiva feminista que distinguió una raíz económica y de clase en el problema, por tanto su solución sólo con el cambio del sistema.
* Tejido social. Término que enmascara la percepción de la sociedad de clases. La sociedad capitalista globalizada no es un todo homogéneo, armónico, en equilibrio; por el contrario, es un todo fragmentado cuyos componentes se encuentran en situación de conflicto por la diferencia de intereses.

EN CONCLUSIÓN:
La pedagogía crítica promueve que los agentes de la educación, más allá de la adecuación funcionalista, asuman sus roles promotores del cambio social, de actores políticos conscientes que la educación tiene por finalidad última la liberación de las personas y la construcción de una sociedad con justicia y bienestar.
La pedagogía crítica, con las aulas abiertas a la realidad, rechaza la concepción de las escuelas como instituciones neutrales q ue sólo tienen por función dar a los estudiantes los conocimientos necesarios para su incorporación al sistema social. La pedagogía critica pone al centro de su praxis la relación escuela-orden económico, escuela-grupos hegemónicos, ideología-conocimiento objetivo. Esta corriente pedagógica reconoce el conflicto y la contradicción inherentes a la práctica educativa en el contexto, por lo que asume el rol dialéctico del conflicto en la generación de los cambios sociales.
La pedagogía crítica estimula a los educadores al ejercicio de la autocrítica y al cultivo del compromiso social, para que perciban su trabajo no como algo de interés individual, sino como algo de interés social, el mismo que requiere una praxis pedagógica capaz de reflexionar sobre su acción y asumir su continuidad y transformación en función de los intereses más generales de la sociedad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Anton Valero, José Antonio La pedagogía crítica desde la perspectiva de los movimientos
Sociales. pangea.org/edu/tab/anton.htm – 2004
Giroux, Henri Teoría y Resistencia en Educación: una pedagogía para la
oposición. Siglo XXI. México, 1992.
López Noreña, German La pedagogía crítica en el iesalc/unesco y la universidad
colombiana en el marco de la revolución educativa entre el
2005-2010. Florida, Valle del Cauca, Colombia, 2011.
McLaren, Peter La vida en las escuelas: Una introducción a la pedagogía
crítica en los fundamentos de la educación. Siglo XXI.
México,1994
Pedagogía Crítica: De qué hablamos, dónde estamos. Ed. Grao,
Barcelona, 2008