lunes, 2 de enero de 2012

BALANCE DE LOS BICENTENARIOS DE LAS JUNTAS DE GOBIERNO DE AMÉRICA

El texto siguiente es un resumen de nuestra  ponencia expuesta en el Encuentro internacional sobre los bicentenarios de las juntas de gobierno de América y la rebelión de Zela en Tacna. A este Encuentro realizado en la ciudad de Tacna durante los días 18  y 19 de agosto de 2011, con los auspicios de la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann,  concurrieron académicos e investigadores de los pueblos hermanos de Bolivia, Chile y Perú.



Valga puntualizar que entre los años 2009 a 2011, los gobiernos de ocho países latinoamericanos  celebraron los bicentenarios de sus procesos de independencia tomando en cuenta los momentos estelares de los pronunciamientos políticos que establecieron las  juntas de gobierno (Bolivia, Ecuador, Argentina, Venezuela, Colombia, Chile y Paraguay), y  la proclama separatista (México) bajo liderazgo de la civilidad criolla. Uruguay se sumó a la celebración a finales del año 2011. Se dejó para otra eventualidad los triunfos militares posteriores, los  que culminaron con la ruptura con España colonialista y  establecieron las repúblicas.

Los gobiernos en referencia, entre neoliberales y socialdemócratas, han ignorado el rol protagónico de las rebeliones indígenas por la independencia anteriores al siglo XIX, o selectivamente, en ciertos casos,  han relegado  a tales rebeliones a la condición de acontecimientos precursores, como las rebeliones de Tupac Amaru y Tupac Catari, por citar algunas. Esto no nos debe causar extrañeza si se trata de gobiernos neoliberales, herederos de la tradición criolla: Calderón  en México y Uribe en Colombia; ni mucho menos cuando se trata de los socialdemócratas presididos por Morales en Bolivia, Chávez en Venezuela, Bachelet en Chile, Correa en Ecuador,  incluyendo a la peronista Fernández en Argentina, al socialcristiano Lugo en Paraguay y al socialdemócrata José Mujica Cordano en Uruguay. La socialdemocracia histórica y la del siglo XXI se caracterizan por su cuestionamiento a los Estados republicanos por burocráticos, corruptos y antidemocráticos, ahora los denominan no inclusivos, pero en la práctica no van más allá de su modernización, lo que significa mantenerlos con innovaciones. En su lenguaje está “la reconstrucción del Estado”, más no su sustitución, esto último habría de implicar la transformación de sus bases materiales, vale decir la socialización de medios y relaciones de producción.
Lo anterior nos lleva a destacar algunos rasgos que caracterizan a los bicentenarios latinoamericanos 2009-2011: 1. Ausentismo de las mayorías nacionales en los festejos, 2. Predominio de una `percepción funcionalista en los organizadores de la celebración de los bicentenarios, 3.Más la forma distractiva que el contenido. 4. Distorsión y tentativas de falseamiento de las historiografías, 5. Presencia de España con los auspicios de la OEI.

1.Ausentismo de las mayorías nacionales en los festejos.  La euforia de la celebración de los bicentenarios latinoamericanos ha sido más de gobiernos que de pueblos; las grandes mayorías nacionales estuvieron  ausentes de los certámenes y festejos: o por desconocimiento de los acontecimientos ya lejanos o porque tomaron distancia de los protagonistas criollos.

En el año 2009, el estudio Latinobarómetro  (de la ONG Corporación Latinobarómetro, con sede en Santiago de Chile), formuló tres preguntas sobre los bicentenarios:

La primera pregunta acerca de qué país se independizó el país del encuestado, para determinar el grado de conocimiento de los ciudadanos sobre las independencias nacionales: En general, en Latinoamérica sólo el 43% de los encuestados contestó correctamente, el 37% no contestó y el 17% restante lo hizo en forma errónea. En particular, en los países donde se celebró el bicentenario, Chile con mayor grado de conocimiento, 71%; Argentina 63%, Venezuela 55%, Perú 54%, Paraguay 51%, Uruguay 41%, México 40%, Bolivia 39%,  Ecuador 39%,  y Colombia 35%. Estos resultados nos permiten inferir el nivel relativamente bajo de movilización de la población.

La segunda pregunta: ¿Cuán significativo es para Ud. el Bicentenario? : En general, Latinoamérica responde muy significativo con 57%, algo significativo 20%, no es significativo 12% y no responde 11%. De manera particular  el grado de significación mayor en los países donde se celebró el bicentenario: Venezuela 63%, México 61%, Chile 59%, Bolivia 58%, Uruguay 54%, Ecuador 52%, Argentina 51%; descendiendo Paraguay 48%, Perú 47% y Colombia 38%. Tales resultados nos indican una relativa presencia de la población  en los actos conmemorativos por sus atractivos, no obstante el promedio de conocimiento de 43%.
La tercera pregunta: ¿Como valora la influencia de España en su país desde el descubrimiento de América?: En general Latinoamérica responde positivamente en un 57%  de influencia, siendo un máximo en República Dominicana con 73% y un mínimo en Perú con 43%.  En particular en países donde se celebró el bicentenario, se percibe una influencia mayor en Venezuela con 64%, Uruguay 61%, Chile 59%, México 57%,  Colombia 56%, Paraguay 52%,  Argentina 52%, Bolivia 52%, Ecuador 44%  y Perú 43%.  
Algunos analistas, políticos y  académicos,  atentos al drama del desarrollo desigual de nuestras sociedades, y ante la alegre conformación de comisiones por los bicentenarios de  las juntas y rebeliones, llegaron a  expresar  cada quién en su oportunidad: Qué bicentenario celebrar? ¿qué celebramos?. ¿realmente tendremos algo que celebrar?.

2. Más la forma distractiva que el contenido. Como en el centenario, el bicentenario ha sido un asunto oficial, formal, carente de contenidos. En la ejecución de las actividades (jornadas académicas y artísticas, recuperación de locales históricos, inauguración de paseos, monumentos y otras obras materiales conmemorativas),   se puso de relieve el protocolo, el discurso panegírico y la nota distractiva. Faltó el análisis y el debate esclarecedor sobre los doscientos años de vida republicana cuyas consecuencias estamos viviendo: eso que afecta para bien y para mal a las grandes mayorías en el país y en el continente, un balance de sus  condiciones materiales de vida, su situación   social, su ubicación como nación y estado y como colectivo latinoamericano en el contexto internacional; además  las perspectivas que se puede trazar para el mediano y largo plazo.  Vale decir, faltó eso que es reflexión, crítica y deslinde sobre lo actuado en los doscientos años y  que es vital para las mayorías, agregando,  a esto,  la propuesta del cambio radical anhelado por los auténticos libertadores, lo cual se debe materializar con la democratización de las relaciones sociales de producción.

3. Predominio de una `percepción funcionalista en los organizadores de los bicentenarios. En torno al hecho de instauración de las  juntas de gobierno, doscientos años después, se distingue tres percepciones:

a. Percepción funcionalista. El reconocimiento y festejo de la existencia de las repúblicas  fundadas por obra de los independizadores con sus respectivos congresos constituyentes, y que tuvieron sus antecedentes en las juntas de gobierno. Con esta percepción,  se reafirma la continuidad de la  institución de la república liberal. En el caso del Perú, que no tuvo Junta de Gobierno,  una comisión oficial festejó el pronunciamiento de Zela en la provincia de Tacna como el primer grito de independencia. Como se sabe, ya por ley del Congreso Constituyente de 1828, que nombró a Tacna “Heroica Ciudad”,  se estableció que Tacna “fue el primer pueblo de la República en que resonó el grito de libertad”.
b. Percepción reformista. El reconocimiento de los doscientos años de instauración de las juntas de gobierno, pero cuestionando a las repúblicas por su orientación ideológica liberal y  por su carácter antidemocrático en la organización de la sociedad, sin que esto signifique negación de tales repúblicas. Sostiene, más bien, que la independencia está inconclusa y que hay que ingresar a una segunda fase.
c. Percepción critica  El rechazo a los festejos del bicentenario y a la determinación que la independencia fue un proceso que se enmarca en el periodo 1809-1824,  por tanto también rechazo  a la idea que otros hechos ocurridos antes del periodo en referencia son considerados precursores, o simplemente son minimizados y hasta ignorados. Sostiene que antes de 1809 hubo un largo periodo de luchas por la independencia bajo liderazgo indígena y mestizo, lo que lleva a la distinción de dos movimientos por la independencia: el primero bajo dirección indígena, en cuya expresión cimera se destaca Túpac Amaru, seguido por Túpac Catari; el segundo bajo dirección criolla que llegó triunfante con San Martín y Bolívar al establecimiento de la república. 

Las percepciones a y b tuvieron  en común el reconocimiento del bicentenario que implica fundación y construcción de la república ; en consecuencia,  celebraron el bicentenario en la perspectiva de justificar la existencia de la república con su modernización o  reconstrucción. .La percepción c rechazó la celebración, pero aceptó la conmemoración asumiendo una actitud crítica radical sobre los acontecimientos. Sostuvo que la república se fundó y se puso al servicio de los intereses de la clase criolla; consecuentemente la praxis de  esta percepción no es de reforma del sistema social republicano,  sino de su transformación. Se plantea otro proceso independentista

4. Distorsión y tentativas de falseamiento de las historiografías. El nacionalismo republicano con sus expresiones regionalistas y localistas, ha llevado a una fragmentación de Latinoamérica (lo que algunos denominan balcanización). Esto, a su vez, ha alimentado diferencias de intereses entre los Estados, seguido de conflictos con sus particulares narrativas históricas cargadas de subjetividad. Latinoamérica, unida en la independencia, devino en desunida con la construcción de las repúblicas. Los intentos integracionistas, MERCOSUR, CAN y otros aún no han superado esta situación.  Durante la celebración de los bicentenarios la percepción funcionalista llevó a la sobreestima de acontecimientos y protagonistas, como también a la minimización. Oficialmente se bajaron y se subieron próceres (Monteagudo  en   Argentina,   Zela en Perú, por citar algunos) de acuerdo con las percepciones, los intereses y compromisos de organizadores y auspiciadores. El silenciamiento de los hechos, la abstracción del personaje de su contexto, la subjetividad, son formas de falseamiento de la historia.  

5. Presencia de España, con los auspicios de la OEI. La clase gobernante de España, calculando beneficios para sus empresas y para su ubicación en la Unión Europea, tuvo la temprana pretensión de celebrar en común el bicentenario de la península con los bicentenarios de Latinoamérica, mediante un ente impulsor denominado Comisión Iberoamericana para el Bicentenario. Realmente un absurdo de la otrora España imperial por protagonizar los bicentenarios con sus ex colonias. Absurdo que oportunamente mereció el rechazo del grupo bicentenario latinoamericano. Pero España ha persistido en estar presente en los bicentenarios con los roles de observador y auspiciador. España lidera la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos) y otros entes asistencialistas, lo que recuerda al Commonwealth británico; además España tiene fuertes inversiones en Latinoamérica.

Con el patrocinio de la OEI y en el marco de conmemoraciones bicentenarias  se realizó la XX y XXI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, en diciembre de 2010 en  argentina y en Octubre de 2011 en Paraguay respectivamente. En la XX Cumbre el Secretario General Enrique Iglesias, en referencia a las conmemoraciones, aseveró: “Creo que estamos haciendo de ellas un instrumento útil para comprender mejor  nuestro pasado y así planificar el futuro”. En ambas  cumbres se asumió el compromiso de la ejecución del Proyecto “Metas educativas 2021:la educación que queremos para la generación de los bicentenarios” Los auspiciadores dejaron expreso: “El logro de sus objetivos contribuirá de forma decisiva al desarrollo de los pueblos y al bienestar de los ciudadanos”, obviamente en  la perspectiva de la percepción funcionalista.

Concluyendo
1..La conmemoración bicentenaria de los pronunciamientos de las juntas de gobierno de 1809-1810-1811 por la Independencia de Latinoamérica,  ha  aperturado  una nueva fase en el debate entre los cultores de la  historia funcional al sistema liberal republicano y  los cultores de la historia critica que pone en cuestión al sistema.

2. Frente a la conmemoración de los bicentenarios de la proclamación de las independencias en Latinoamérica,  la tendencia historia critica tiene responsabilidad en tres tareas fundamentales:  1. Profundizar en el  esclarecimiento radical de la orientación y resultados de los procesos independentistas en Latinoamérica. 2. Poner el resultado de la investigación  histórica al servicio del pueblo peruano y latinoamericano que lucha por la construcción del Estado latinoamericano democrático y soberano. 3. Contribuir al desarrollo de la historia como disciplina científica.

Referencias bibliográfícas
Corp. Latinobarómetro.  Informe Latinobarómetro 2009  Santiago  de Chile..
Documentos de la XX y XXI Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno, años 2009y 2010.
Documentos-ponencia del Encuentro Internacional sobre los Bicentenarios de las Juntas de Gobierno de América y la rebelión de Zela en Tacna. 1809-2011.-

*Dr. en ciencias Sociales. Profesor principal de la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann. Miembro del Instituto de Ciencias Sociales del Perú.